El gobierno danés exige respeto por la integridad territorial de Dinamarca y Groenlandia después de que Trump nombrara un enviado especial para “hacer que Groenlandia forme parte de Estados Unidos”.
Ante dichas circunstancias, Dinamarca convocó al embajador estadounidense en Copenhague para expresar su fuerte protesta oficial ante estas acciones.
Diversas encuestas de opinión indican que tanto daneses como groenlandeses se oponen ampliamente a la pretensión de que Groenlandia pase a manos de Estados Unidos.
La mayoría de la población danesa ha empezado a cuestionar su imagen favorable a Estados Unidos y piensa que, si hay cambios importantes, deben ser decididos por los propios groenlandeses y no por Washington ni Copenhague de forma unilateral.
Tanto el ministro de Relaciones Exteriores y la primera ministra daneses subrayan que no se puede anexionar territorio de otro país y que Groenlandia pertenece a su pueblo y a Dinamarca por un acuerdo mutuo de beneficio recíproco.
Partidos daneses de distintos filiación política califican la pretensión estadounidense como peligrosa y provocadora.
De igual modo, la Unión Europea y líderes europeos han expresado su respaldo público a Dinamarca, enfatizando la importancia de la soberanía y el derecho internacional frente a los comentarios y gestos de Trump.
Líderes daneses rechazan las declaraciones públicas de Trump sobre Groenlandia, calificando el tono como inapropiado para aliados cercanos y acusando a la administración estadounidense de falta de respeto y de generar tensiones innecesarias.
Como una respuesta a la presión estadounidense Groenlandia y Dinamarca vienen fortaleciendo su relación y se han realizado visitas y conversaciones conjuntas para mostrar cohesión frente a las ideas de Trump sobre controlar el territorio.

Mette Frederiksen, primera ministra de Dinamarca ha repetido en medios que Groenlandia no está en venta y rechazó cualquier sugerencia o comentario que implique que pueda convertirse en territorio estadounidense.
En un viaje a Groenlandia en 2025, Frederiksen enfatizó que Dinamarca y Groenlandia comparten una relación de respeto mutuo y que no se puede anexar territorio ajeno, incluso por razones de seguridad internacional, como arguye Trump.
De otro lado, Lars Løkke Rasmussen, ministro de Relaciones Exteriores calificó como “completamente inaceptable” el nombramiento de un enviado especial estadounidense a Groenlandia por parte de Trump.
Rasmussen agregó que, aunque Dinamarca estaba abierta a cooperación con EE. UU., no aceptaba el tono y las insinuaciones sobre decisiones de seguridad y control territorial hechos por altos cargos estadounidenses.
Por su parte el gobierno danés viene incrementando su presencia y gastos en defensa ártica, con nuevos barcos, drones y equipos para reforzar la soberanía alrededor de Groenlandia.
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