¿8 de marzo es un acto apolítico?

“Somos feministas, sin partido, sin estado, sin marido…”, es una de las consignas constantes que compañeras mujeres, pintadas de colores, arengan con fuerza, cada 8 de marzo, en las diferentes ciudades del mundo, con motivo del Día Internacional de la Mujer.

Es importante recordar que las heroínas asesinadas, en cuya memoria se hace activismo cada 8 de marzo, y las que fueron inmoladas posteriormente, fueron y son esencialmente políticas: Las mataron por defender/ejercer derechos y transformaciones estructurales de orden nacional y mundial.

En este sentido, el 8 de marzo es una fecha “tremendamente” político. Para denunciar, despertar, politizar, la conciencia dormida de la población machista y patriarcal que abona al funcionamiento criminal de la maquinaria estatal y social que despoja y asesina a las mujeres por ser mujeres.

Entender el 8 de marzo “sin organización política (partido), sin Estado (organización jurídico político) es quitarle la esencia a las y los actores colectivos subalternos. Es quitarle la esencia al 8 de marzo.

Manifestación. Guatemala. 8M2022. OI

La apoliticidad convierte a las mujeres, indígenas, subalternas, en víctimas. Y el victimismo es un terreno fértil para la irradiación de la “caridad apolítica internacional” mediante la cooperación financiera y sus organismos no gubernamentales.

Mujeres, jóvenes, indígenas, campesinos, migrantes, etc., soportamos el mayor peso del desorden mundial y nacional violento. En estas condiciones, nuestra tarea primordial es transformar esta situación de colonialismo recargado. Es decir, nuestra misión es esencialmente política por nuestra condición de subalternidad.

Nuestra apuesta es y debe ser avanzar en la construcción de nuevas relaciones de poder. Pensar, diseñar nuevos estados. Nuevos ordenamientos jurídicos. Tenemos que generar nuevas interrelaciones equilibradas entre varones y mujeres, entre los humanos, y dentro de la comunidad cósmica. Todo esto se hace, por ahora, con nuevos estados, nuevas leyes, nuevas organizaciones políticas.

Decir que: “sin leyes, sin organización política” vamos a ser libres es cooperar a que las condiciones de violencia y dominación masculina perduren en el tiempo, y otros/otras hagan negocio o un modo de vida de esa situación de dominación.

Felizmente, tanto en Guatemala, como en otros territorios del mundo, surgen y crecen propositivas voces colectivas, como las que gritan nuestras compañeras del Comité de Desarrollo Campesino CODECA: “Vamos por un Estado Plurinacional, mediante un proceso de Asamblea Constituyente Popular y Plurinacional para reconstruir el Buen Vivir”. Y en ese camino van avanzando como sujetas sociopolíticas colectivas, junto con sus compañeros, sus familias y sus comunidades.

CODECA, y otras organizaciones de subalternas/despojadas, nos enseñan que el camino de liberación no debe ser una apuesta individual. Debe ser colectiva, comunitaria, integral, y con un horizonte que cuestione y transforme la civilización de la modernidad que nos coloniza, mediante propuestas como las de los buenos vivires de los pueblos.

En este sentido, el 8 de marzo no es apolítico, ni mucho menos únicamente motivo para la protesta de las víctimas. Es un día para generar conciencia política para la construcción de nuevos procesos constituyentes plurinacionales que diseñen e implementen nuevas formas de organización política, económica, social, cultural, espiritual y de convivencia en la comunidad cósmica. Eso es y debe ser el 8 de marzo.

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