El domingo 20 de agosto reciente, electores ecuatorianos y guatemaltecos acudieron a las urnas para elegir a sus gobernantes.
En Ecuador 13 millones de electores estaban habilitados para ir a las urnas y elegir a su president@, vicepresident@ y 137 asambleístas en un proceso electoral anticipado a causa de la “muerte cruzada” que aplicó el saliente presidente Guillermo Lasso al verse acorralado por un juicio político que lo iba a destituir.
En el país suramericano, en un ambiente electoral sangriento, 8 binomios presidenciales disputaron la presidencia (uno de ellos, Fernando Villavicencio, asesinado), y quedaron para la segunda vuelta Luisa Gonzáles (45 años de edad), del partido Revolución Ciudadana, y Daniel Noboa (35 años de edad), del partido Acción Democrática Nacional. Hubo un ausentismo de cerca del 20% del electorado. Y, la segunda vuelta electoral está fijada para el próximo 15 de octubre.
Simultáneo a la elección anticipada de gobernantes, Ecuador también fue consultado sobre “dejar o no bajo tierra los hidrocarburos” en el parque nacional de Yasuní. El resultado fue: 59% de ecuatorianos consultados dijeron que sí debe quedar el petróleo bajo tierra.
En Guatemala, 9.3 millones de electores estaban habilitados para ir a las urnas en segunda vuelta, y elegir a su nuevo gobernante, entre dos candidatos de tendencia socialdemócrata: Bernardo Arévalo, del partido Semilla, y Sandra Torres, partido Unidad Nacional de la Esperanza. La voluntad popular dio el triunfo a Bernardo Arévalo, con el 58% de votos. Hubo un ausentismo elevado de cerca del 56%, en especialmente en el área rural del país.
Esperanza prometedora
Tanto Ecuador, como Guatemala, acudieron a las urnas entre la incertidumbre y la esperanza. En Ecuador la incertidumbre provenía del destino del país si acaso salían victoriosos candidatos de tendencia conservadora o neoliberal, peor aún en el contexto de la violencia incontrolable ocasionada por el retorno del neoliberalismo con los últimos dos gobiernos. Los resultados de las urnas a favor de Luisa Gonzáles, de tendencia progresista (que promete retomar las políticas sociales y económicas emprendidas por el ex presidente Rafael Correa), inyectaron esperanzas momentáneas al país. Veremos qué ocurre en la segunda vuelta electoral.
En el caso de Guatemala, la incertidumbre anidaba en la posibilidad que resultase ganadora Sandra Torres, candidata con decenas de procesos penales en su contra por actos de corrupción, lavado de dinero, etc., financiada por el denominado “pacto de corruptos”. Pero, los resultados electorales mitigaron dicha incertidumbre, aunque la persecución penal contra Bernardo Arévalo y su partido persiste.
En ambos países, el 20 de octubre pasado, alumbró desde las urnas una luz de esperanza prometedora en contextos de violencia y corrupción pública y privada crecientes. Aunque la incertidumbre no se alejó del todo del horizonte. Foto: Internet