Bolivia, el derecho a la rebelión y las milicias armadas

Un pueblo subyugado que olvida o repele su derecho a la rebelión armada es un bastión de esclavos

El derecho a la rebelión es la facultad que asiste a todo pueblo para auto protegerse de la tiranía. Este derecho es más antiguo que la noción del Estado moderno o Estado de Derecho.

En la Edad Media, algunos escolásticos (Francisco de Suárez, entre ellos) lo argumentaron incluso como tiranicidio. Es decir, teológicamente estaría incluso justificado asesinar a la tirana o al tirano en aras de preservar la soberanía popular.

En la Modernidad, la Revolución Francesa consagró la rebelión popular como un derecho humano fundamental. De este modo, en el actual y diverso constitucionalismo latinoamericano, el derecho a la rebelión que asiste a los pueblos amenazados o afectados en sus derechos básicos está incorporado como en el caso de Venezuela, Ecuador. En otros casos aparece como “derecho a la resistencia” (caso Guatemala, por ejemplo).

Desde la filosofía política, el derecho a la rebelión está justificado en la soberanía/potestad que tiene todo pueblo, como sujeto político, para emprender su propio destino. Desde la perspectiva jurídica, la rebelión es la facultad que todo pueblo sometido tiene de preservar o restaurar sus derechos amenazados o conculcados.

La rebelión popular necesariamente es una acción violenta en contra del tirano o tirana que usurpa o masacra a los pueblos. En ese sentido, la acción guerrillera/armada, es parte constitutiva del derecho a la rebelión que asiste a los pueblos subyugados. Un pueblo subyugado que olvida o repele su derecho a la rebelión armada es un bastión de esclavos.

La reciente sugerencia o llamada que hizo Evo Morales a “organizar milicias armadas en Bolivia” para restaurar derechos frente a la Dictadura actual, discursivamente encaja dentro de la filosofía jurídica del ejercicio del derecho de rebelión popular.

La reacción de la Dictadura boliviana, y de sus secuaces, frente a las declaraciones de Morales, es una conducta constante de todo tirano. Ellos están convencidos que fueron enviados por algún “designio desconocido” para restaurar/normalizar la dominación, en nombre de la democracia. Y, cualquier sugerencia o aguijoneo a los pueblos sometidos para que ejerciten su derecho a la rebelión será repelido/sancionado como un sacrilegio contra su democracia.

Tampoco no es novedad la recepción o reacción que hace la clase media tradicional, los medios empresariales de información, o los analistas bien portados con la Dictadura, de la repulsa violenta que hace la tiranía boliviana de la posibilidad del ejercicio popular del derecho a la rebelión.

Las inconclusas historias de los pueblos subalternos en Bolivia están empedradas por apoteósicos rebeliones en defensa de sus derechos colectivos. Túpac Katari (siglo XVIII), Zárate Willka (siglo XIX), Revolución Nacional (siglo XX), por mencionar algunos. Quizás el “proceso de cambio” emprendido el 18 diciembre del 2005, hasta el 10 de noviembre del 2019, sea la única sublevación democrática (no violenta). La Bolivia subalterna, ahora, vapuleada por la Dictadura post golpe, debería reconocer sus historias inconclusas sin mayores sentimientos de culpa.

¿Es el problema el racismo o es la apoliticidad indígena?

El mencionado Foro estaba organizado para “escuchar” a los presidenciables, “sus propuestas sobre pueblos indígenas”. Ninguna de las preguntas formuladas por los organizadores abordaba asuntos como: Autodeterminación de Pueblos, Estado Plurinacional, Proceso Constituyente Plurinacional…

Es decir, las y los indígenas, en su “calidad de súbditos” del Estado Republicano criollo se reunieron para “escuchar” las enseñanzas sobre la “pureza de la política criolla”. Al grado que, dos de los candidatos, desde la testera, cual si fueran candidatos a reyes, resondraron, increparon e insultaron a las y los presentes, en nombre Dios.

“En Guatemala somos un solo pueblo. Tenemos una sola fe. Creemos en un solo Dios. Cuidado con quienes hablan de pueblos diferentes”. “Así como Dios eligió a Samuel, ahora, nos ha elegido para seguir llevándolos a Uds. al desarrollo. Cuidado con quienes cuestionan la propiedad privada, cuidado con quienes están en contra de la pena de muerte, cuidado con quienes están a favor del aborto…” “Uds. están mucho mejor que antes. La apertura a la inversión privada (privatizaciones) trajo desarrollo a Uds. Cuidado con cuestionar la privatización. Si Uds. no quieren desarrollo entonces quién sabe qué serán Uds.”, fueron algunas de las frases de airados candidatos de corbata en el Foro que aún resuena en mi tímpano.

En un momento, uno de los ancianos, quien no pudo contener la indignación ante tanto insulto, corrió a la testera principal gritando y señalando al candidato señorial: “Fuera, fuera de aquí, fuera de aquí, ya no eres bienvenido”. Pero, los aguaciles mayas de los 48 Cantones lo censuraron y retiraron al anciano del lugar por “faltar al protocolo”, mientras el encorbatado los miraba con desprecio y asqueado.

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